"Os espelhos estão cheios de gente.
Os invisíveis nos vêem.
Os esquecidos se lembram de nós.
Quando nos vemos, os vemos.
Quando nos vamos, se vão?"
Eduardo Galeano: Espelhos

sexta-feira, 7 de fevereiro de 2014

Fundación de la taberna

Taberna, Eduard Munch

Cuando Irak era Babilonia, manos femeninas se ocupaban de la mesa:

Que la cerveza nunca falte,
la casa sea rica en sopas
y el pan abunde.

En los palacios y en los templos, el chef era hombre. Pero en la casa, no. La mujer hacia las diversas cervezas, dulce, fina, blanca, rubla, negra, añeja, y también las sopas y los panes. Y lo que sobraba, se oferecia a los vecinos.

Con el paso del tiempo, algunas casas tuvieron mostrador y los invitados se hicieron clientes. Y nació la taberna. Y fue lugar de encuentro y espacio de libertad este reino chiquito, esta extensión de la casa, donde la mujer mandaba.

En las tabernas se incubaban conspiraciones y se anudaban amores prohibidos.

Hace más de tres mil setecientos años, en tiempos del rey Hamurabi, los dioses trasmiteron doscientas ochenta y dos leyes al mundo.

Una de las leyes mandaba quemar vivas a las sacerdotisas que participaran en las conjuras de las tabernas.


GALEANO, Eduardo. Espejos: una historia casi universal. Buenos Aires: Siglo XXI Editores & Siglo XXI Iberoamericana, 2008. p. 10.


NOTA: O texto "Fundación de la taberna" não representa, necessariamente, o pensamento deste blog. Foi publicado com o objetivo de refletirmos sobre a construção do conhecimento histórico.

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